El famoso miedo, que no nos deja.
A veces nos encontramos en situaciones en las que debemos tomar decisiones, tomar una acción frente a un determinado objetivo, emprender algo con lo que soñamos, acceder a una formación o implementar una nueva estrategia, y en ese mismo momento nos sentimos como si estuviéramos al borde de un abismo al cual sentimos que vamos a caer si damos ese paso, creo que muchos hemos experimentado ese sentimiento, el famoso y molesto MIEDO
Ese sentimiento que nos acompaña en forma constante y más cuando estamos a punto de dar pasos que incluso sabemos o creemos que marcarán un antes y un después.
La mayoría de veces nos quedamos quietos, inmóviles, bloqueados frente a pasos que son importantes dar y que muy dentro nuestro, sabemos que serán buenos y traerán cambios positivos, pero por temores que muchas veces surgen de experiencias pasadas que hemos tenido o de creencias limitantes y equivocadas, nos detenemos y no avanzamos, y damos lugar al miedo a equivocarnos, miedo al señalamiento de otros, miedo al fracaso, miedos que nos coloca una venda en los ojos, en nuestro entendimiento y no nos permite ver nuestro gran potencial, o como si nos pusiéramos un traje de hierro denso y pesado, que no nos deja movernos hacia dónde queremos ir y nos inmoviliza al tal punto de convencernos que no somos capaces y de olvidar, lo valientes que somos y lo mucho que podemos lograr.
Esa sensación era la que sentía hace unos días, cuando mi pequeña quien se estaba percatando de mi situación y de mi conversación con alguien, a quien le contaba acerca del miedo que me daba tomar una decisión que implicaba riesgo, una decisión que a mi parecer requería un análisis muy detallado y la revisión de todas las variables para evitar ese riesgo, pero también implicaba un muy posible éxito si la tomaba a tiempo; mi pequeña se acerca y con su maravillosa inocencia que en este caso se vestía de gran sabiduría me dijo:
"Mami tu eres valiente"
Sus palabras llenaron mi mente y mi corazón, ella lo estaba viendo, ella lo sabía, ella afirmaba en ese momento algo con total seguridad, ella no me dijo mami entonces no lo hagas si sientes miedo, nooo, ella me estaba diciendo dale mami, adelante, hazlo, tu puedes “𝗧𝗨 𝗘𝗥𝗘𝗦 𝗩𝗔𝗟𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘”.
Después de darle un súper abrazo, finalmente tomé la decisión y di pasos creyendo que traerán resultados que incluso pronto podré compartirte y seguramente seguiré tomando acción, aunque tenga miedo porque lo importante es no quedarse inmóvil ante el crecimiento, y es que:
¡¡¡SE VALE HACERLO CON MIEDO!!!